lunes, 22 de octubre de 2012

Sombras parte n

Cómo había llegado él ahí?
Ni idea, hace rato (años, tal vez?) había estado en otro lugar. en dónde? Recordaba una cantina, así, como de mala muerte, borrachos tambaleándose como trompos esperando el momento de desplomarse en un crujir de huesos y músculos endurecidos, prostitutas grotescas y feas, como retratos hechos intencionadamente obscenos, por algún kirchner harto de la humanidad. Ahora solo era esto, la negrura surcada de luminarias, y las dunas marmóreas que relucen como cristales autorefulgentes.
En realidad, negrura, solo era una abstracción ahí. Las estrellas llenaban la bóveda y se desbordaban, difícilmente podría caber un espacio negro, y, sin embargo, se adivinaba, el cielo completamente tapizado de estrellas subyacía un espacio vacío, negro, melancólico, contemplando la absoluta calma de aquela lugar sin viento, la orquesta de ese vacío, tan ominosa y potente, tan ensordecedora y abrumadora, pues todo rodeaba en el vasto espacio, aparentemente sin fin.
Un paso, no se oía nada. El pie calzado se hundía suavemente en la blanda arena, como que estaba pisando una nube. La cabeza le dolía, en vano intentaba recordar los sucesos que lo habían llevado ahí, pero parecía no existir una coherencia. Hasta dónde podía el recordar? Como toda buena borrachera, los eventos se entremezclaban, y lo que podia haber pasado antes o después, se difuminaba y contraía en una perenne simultaneidad. La mente se encontraba en una bruma, los ruidos las voces y las sensaciones del recuerdo martillaban su mente conforme trataba de recordar, abrumado se rendía poco a poco al sentido soñoliento de quien quiere olvidar todo, dejarse tomar por la negrura que lo envuelve; la negrura que todo abarcaba en esa infinita luz blanca, de aquel raro país sin nombre.
Poco a poco se iba soltando, su mente se tranquilizaba, la cabeza no le dolía. Había dejado de caminar hacía rato. No tenía sentido caminar cuando no había nada, y cada paso que daba alargaba las distancias, o se movía todo con él, o tal vez era todo tan homogéneo, a pesar de las marcadas dunas en torno, que en realidad nada cambiaba. Y es que ahí solo había eso. Los pliegues elegantes de dunas de arena blanca blanca blanca, reluciente, y sobre él, una bóveda estrellada, lejana y -tal vez- lenta lenta.
Qué podía hacer él, qué lugar era ese? Era eso la muerte? La cabeza le volvía a doler, la vida se le arremolinaba en torno y sus ojos se nublaban entre los recuerdos pensamientos palabras conceptos ideas filosofías que giraban sobre él, intentando devorarlo, aplastarlo contra sí mismo hasta que de él ya nada quedara. Tal vez despertaría de nuevo en el bar, quién sería esa mujer? mira nomas esoque buena está la cervezadonde vamos despues? y como olvidar su sonrisala integral definidadebo checar mi feislla plaza está llenaya que se vaya este weytengo hambrela bolsita roja!mira nomas esa chicaquéhagoahoraquehuevalevantarsepreguntaiscomomevolvilocosacaeltokeseñoritaintelectualyasequetienelareabdomisevebiensteampunkestepemiravinoelgulaoyesoñecondiegoandabaconunagueraydondeandaralafolclorosachidoelchaialaseismevo
BASTA!!!!
Volteó a ver el mundo que lo rodeaba. La tranquilidad ahí seguía, no había pasado nada, ni el tiempo -ni el tiempo?- volteó a ver el cielo sobre él. Se había movido? no podía saberlo, tal vez, sí, tal vez. en ese lugar había tiempo? por qué no podía recordar nada? NO no no no... no quería recordar, qué había que recordar, quién era el ahí? traía su ropa? su ropa no era suya. Traía ropa blanca, clara como todo, miraba sus manos, era unalbino, era un sujeto de mármol, un tipo blanco, reluciente incluso, no sentía frío, no sentía calor hambre cansancio; respiraba, acaso?
Algo se movió, por ahí, a la altura del rabillo del ojo. Rápidamente volteó. Nada. Blancura. Volvió a concentrarse. Era blanco, vestía de blanco, todo era blanco TODO. Sin embargo la negrura lo rodeaba. No sabía como, pero ahí estaba, ella toda. El era blanco, una... un ser blanco, ya no era quien creía ser, su vida pasada lo asqueaba, le daba asco desde que empezó a pensar en sí mismo. Hacía mucho cuando. Ya eso no existía. Quién era el, aquí, en este lugar? importaba acaso? Otro movimiento, visto de reojo. No volteó, lo dejó ser, total, nada había ahí. La blancura se le hacía familiar, poco a poco la negrura se dejaba entrever, no con los ojos, pero se identificaba, estaba ahí, latente, corriendo de aqui allá como el viento, en un paisaje sin viento. Él mismo podía verla dentro de él, o sentirla, o saber que algo de eso había, o no, o ambos. Bah, detalles filosóficos. Otro movimiento, otro. otro. Solo como una sombra en toda esa luz se podían adivinar esas cosas, los movimientos.
Las sombras empezaron a llegar, no como algo visible, no con los ojos, pero se percibían, ya las tinieblas de su mente lo habían dejado atrás. Las sombras caminaban, daban vueltas lo acompañaban lo saludaban se le acercaban se iban, las sombras eran cordiales ahí, si tal cosa pudiera existir o ser descrita.
Vio que no estaba él solo, alguien algo o tal vez nada estaba ahí con él.
Continuará.... ajá

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